LA TRAMPA

Aquí tenemos otra agresión que a la vez es una muy buena enseñanza de sabiduría,  escribas  y fariseos ( autoridades religiosas )  confabulados para hacer caer a Jesús,  la trampa era mortal y muy inteligente.

Le preguntan a Jesús por una mujer encontrada en flagrante adulterio,  si debía ser apedreada o no según la Ley de Moisés,  si decía que si, caía en la trampa, ya que Jesús predicaba el perdón y la misericordia,    si decía que no debía ser apedreada,  sería acusado de violar o ir en contra de la Ley.

Aparentemente no tenía salida,  pero, para Dios todo es posible,  Jesús entonces contesto,  " El que este libre de pecado que tire la primera piedra ".

Esta respuesta fue tan sabia que hizo caer en su propia trampa a los que tramaron contra Jesús,  

De esta manera, Jesús salvo a la mujer,  pero no sin advertirle que no siguiera pecando,  es fácil comprender que si la mujer no cambiara de actitud,  podría costarle la vida y perder también su alma.

Como dice Jesús, " el que cree se salva y el que no cree se condena a si mismo.

 

 

Juan 8

1 Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
4 y le dicen: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?"
6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra."
8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.
10 Incorporándose Jesús le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?"
11 Ella respondió: "Nadie, Señor." Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más."