¿ QUE TE IMPORTA ? TU SIGUEME

Si interpretamos correctamente el Evangelio y lo practicamos, sera nuestra salvación,  pero si lo hacemos equivocado, sera nuestra perdición,  seguiremos un camino sin Cristo.

Veamos lo que enseña la siguiente lectura:


JUAN    21


20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?"
21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: "Señor, y éste, ¿qué?"
22 Jesús le respondió: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme."

¿ quien puede cuestionar lo que Dios hace ?  -  nos creemos privilegiados por ser  obrero del Señor, y no recordamos que Dios no hace privilegios con nadie, ¿ acaso Jesús lo tuvo ?  ,  seguir a Jesús significa que el esta primero y el servidor detrás,  pero cuando el hombre  establece normas como obligaciones que cumplir,  se pone por delante de Jesús,  Pedro  se creía un privilegiado porque cuestionaba que otros siguieran a Jesús pensando tal ves  que ser discípulo era para personas especiales,  nada mas equivocado.


23 Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: " No morirá", sino: "Si quiero que se quede hasta que yo venga."

Nadie sabe cuando Jesús vendrá a  visitarnos personalmente, muchos ya dejaron de esperar porque ya fueron visitados y saben que esta entre nosotros.

24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran..

Cuando leo este versículo,  pienso en esas seudos autoridades religiosas, que hablan de libros canonizados por ellos como los únicos validos para ser tomados en cuenta,  y no toman en cuenta las palabra de Juan el apostol que Jesús amaba.   la valides de la palabra de Dios, esta en las mismas palabras,  porque las palabras de Dios son Espíritu  y no pueden tergiversarse,  podrán falsearlas pero serán descubiertas facilmente por quien no quiere ser engañado.