EN LAS MANOS DE DIOS

Toda la humanidad creyentes  o no , estamos en las manos de Dios como la arcilla en manos de un alfarero,  si el cacharro no sale bueno,  amasa de nuevo y lo vuelve a trabajar hasta que salga bien,  la dificultad la ponemos nosotros por nuestras rebeldías, la historia del Pueblo Judío es un ejemplo para aprender y saber  como es Dios con el hombre. Cuando el pueblo elegido  caminaban con rectitud según  Dios, todo iba bien, pero cuando se ponían rebeldes,  Dios comenzaba de nuevo a moldearlos con el rigor de sus manos, como los de un alfarero     MATEO    13   La parábola de la red 47 El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. 48 Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.   Si no maduramos, si no crecemos con las enseñanzas Divinas,  si pensamos que este mundo es solo para los mas fuertes como en la ley de la selva,  somos arrojados como peces que no sirven para alimentar a nadie,  he visto muchos predicadores arriba de un escenario gritando y gesticulado como con rabia,  predicando cosas que nada tienen que ver con el Evangelio de Jesús,  solo hacen teatro para impresionar a la audiencia,  Jesús dice;  "" aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón ""  - El nunca trato de impresionar a nadie  porque a los gritos nadie aprende y menos sin conocer el Evangelio. 49 Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, 50 para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.   Tanto los que engañan como los que se dejan engañar, ofenden a Dios, se apartan de Dios,  entonces, dolorosamente  tendrán que ser moldeados nuevamente,  o arrojados al mar hasta que crezcan. Conclusión 51 ¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. 52 Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".   SALMO   146 No pongas tu confianza en los que mandan ni en el mortal, que no puede salvarte; pues cuando mueren, se convierten en polvo y ese mismo día se acaban sus proyectos.