EL ARBOL SE CONOCE POR SUS FRUTOS
Las cosas buenas para que sean buenas, debemos ponerlas en práctica, no importa la cantidad, lo importante es dar o compartir lo que tenemos de propio.
Las promesas o juramentos de nada sirven, si alguien tiene el deseo de hacer cosas buenas, que lo haga sin prometer o jurar.
El hecho de concurrir a un templo religioso, no convierte a nadie en un buen cristiano o mahometano o judío, sino que el árbol se conoce por sus frutos, si un hombre hace cosas buenas según lo que dice el Evangelio, el hombre es buena persona, de lo contrario no lo es.
En la Biblia hay muchos testimonios de gente pagana que hicieron cosas buenas y por sus buenas obras conocieron a Dios, y gente que adoraban a Dios pero no hacían cosas buenas, y no conocieron a Dios.
Veamos el ejemplo en la siguiente lectura:
MATEO 21
28 "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña".
29 Él respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue.
30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.
31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron.
Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
32 En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.
29 Él respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue.
30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.
31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron.
Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
32 En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.
La soberbia de ocupar cargos en las instituciones religiosas, les hace creer que ya están a salvo, les gusta el poder y se olvidan de las enseñanzas y testimonios que nos da la Biblia, hasta el infierno se undirán, en cambio los pecadores arrepentidos que creen en Jesús y su Evangelio, entrarán al Reino de Dios, no importa la gravedad de sus pecados.
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