LA DEBILIDAD DEL HOMBRE - MALA CONSEJERA
Los seres humanos somos por naturaleza imperfectos y de malas costumbres, hacemos afirmaciones alocadas, si tomáramos la precaución de confirmar lo que creemos o escuchamos decir, no cometeríamos tantos errores perjudiciales como la de hacer falsas afirmaciones o acusaciones.
Los judíos habían escuchado los milagros que Jesús hacía y también sus enseñanzas, pero opinaban ciegamente, no iban a verlo ni a escucharle, de esta manera sus apreciaciones no eran verdad, solo eran puro chismorreo inconsistentes.
Si buscas conocer a Jesús, lo encontrarás en cualquier parte, donde quieras que estés, pero no te guíes solo por lo que oyes de otros, óyelo tu mismo en persona, pero si no hay sinceridad en tu corazón no podrás.
MARCOS 6
14 El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama se había extendido por todas partes. Algunos decían: "Juan el Bautista ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos".
15 Otros afirmaban: "Es Elías". Y otros: "Es un profeta como los antiguos".
16 Pero Herodes, al oír todo esto, decía: "Este hombre es Juan, a quien yo mandé decapitar y que ha resucitado".
15 Otros afirmaban: "Es Elías". Y otros: "Es un profeta como los antiguos".
16 Pero Herodes, al oír todo esto, decía: "Este hombre es Juan, a quien yo mandé decapitar y que ha resucitado".
Juan era un profeta, los antiguos profetas eran los guardianes de la la Ley, eran enviados para recodarles al pueblo judío cuando la Ley no se cumplía y que por esa causa se alejaban de Dios y quedaban expuestos a todos los peligros, quedaban sin defensas
La muerte de Juan el Bautista
Mt. 14. 3-12 Lc. 3. 19-20
17 Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
18 Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano".
19 Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
La muerte de Juan el Bautista
Mt. 14. 3-12 Lc. 3. 19-20
17 Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
18 Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano".
19 Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Herodes en principio respetaba a Juan, pero Herodes era apenas un ser humano tan débil como cualquier otro.
21 Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
22 La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré".
23 Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".
La debilidad de Herodes se pone de manifiesto al ver bailar a una mujer bonita con toda la seducción de su cuerpo y su danza
24 Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta.
25 La joven volvió rápidamente a donde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".
24 Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta.
25 La joven volvió rápidamente a donde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".
Herodes ya había jurado darle lo que pidiera, y no podía echarse atrás, cayó en la trampa de la seducción, lo cual es un ejemplo para tomarlo muy en cuenta, no sea que perdamos nuestra alma.
26 El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
27 En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
28 El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
26 El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
27 En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
28 El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
De esta forma, los judíos se quedaban sin Dios por no cumplir con la Ley, de ahí entonces viene los grandes padecimientos del pueblo elegido, que esto nos sirva de ejemplo pues ellos estaban bajo el poder de la Ley, la Ley no perdona, pero los que están bajo el poder de la fe" - si se arrepienten de sus pecados o errores, son perdonados, es la razón del sacrificio de Jesús .
29 Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
29 Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
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