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PARATUBIENESTAR

EL LEPROSO


Mateo  8: 1 - 4



1
Cuando bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre.

Jesúsya bajó de la cruz, hace 2.000 años que resucitó, pero nosotros loscristianos, todavía estamos esperando su regreso de arriba del monte, ysi seguimos esperando al que ya está con nosotros, la espera seráinterminable, - si creemos que Jesús está lejos de nosotros, entonceslo estará, - no lo podemos ver pero si lo podemos sentir, y sentirdentro de nuestro propio cuerpo y así está escrito y así sucede.

Ahorabien, Jesús dice: " yo vine a salvar lo que estaba perdido, ¿ quesignifica estas palabras? - que significa estar perdido ? y porque ?

Noestoy hablando de algunas personas, sino de todo el mundo en laactualidad, - si no sabemos adonde vamos es porque estamos perdidos, sino sabemos lo que hacemos estamos perdidos, - pero en nuestra soberbia,creemos saber, y solamente cuando sufrimos las desastrosasconsecuencias de lo que hacemos, nos damos cuentas de nuestro error. ylo empeoramos aún más, cuando decimos que es un castigo de Dios, enlugar de reconocer que nuestros males provienen de nuestra soberbia, denuestros falsos conceptos o de nuestras malas y perversas actitudes.

LaBiblia está llenas de ejemplos, El éxodo del pueblo de israel liberadode la esclavitud, - durante su caminar por esas tierras áridas serebelaron contra Dios que los estaba enseñando, no con palabras sino enla misma dureza de la vida, esa rebelión provenía de la soberbia decreer o suponer que es mejor la comodidad de una esclavitud alienante,que el esfuerzo que significa lograr la liberación, - la libertad esalgo absoluto, no existe la libertad a medias, o se es plenamente libreo se es esclavo de lo que sea. de nuestra soberbia, del poder, de lariqueza y de los hombres, y estas cosas es lo que nos enseña Dios enesta vida.

Cuandoacumulamos riquezas y poder, aumenta nuestra soberbia y nos jactamossin saber que estamos despertando la envidia de otros más fuerte, ensoberbia, poder y riqueza, es decir que no sabemos lo que estamoshaciendo. - Por estas causas, el pueblo judío fue y es odiado por susenemigos ancestrales, y en la antigüedad, fueron llevados cautivos comoesclavos de los babilonios, y durante mucho tiempo, - solamente losprofetas se daban cuenta que esa calamidad no era un castigo de Diossino producto de la mala conducta que tenían por haberse apartado delas enseñanzas de Dios y de las experiencias de sus antepasados.

Yhasta el día de hoy, el pueblo elegido y siempre lo será, vive comoesclavo, vivir con un fusil en el hombro no es vida. pero también elresto del mundo vivimos de igual manera, los hombres ricos, viven enlugares exclusivos con guardias de seguridad y el lugar está alambradocomo protección contra los intrusos, - pero de nada les sirve, y peoraún porque se ponen en evidencia, como tampoco sirvió de nada lasmurallas de Jerusalén contra los babilonios, ya que por soberbia seapartaron de la protección de Dios, y esta falta de la protección deDios, es porque nosotros lo abandonamos, como lo hemos hecho hasta eldía de hoy.

Despuésde Cristo ya no tenemos excusas, pero igualmente estamos perdidos, -hipocritamente y de manera absurda decimos que somos una iglesia "santay pecadora" - lo santo no puede convivir con el pecado, de la mismamanera que el aceite no se mescla con el agua, y Jesús dice, "Sedperfectos como nuestro Padre del Cielo es perfecto" - debemos lucharsin claudicar por la verdad que nos hace libres, porque estamosatravesando el desierto, el mismo que atravesaron el pueblo elegido.


2
En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»

Ennuestra lucha por conocer y divulgar la verdad, debemos pedir a Diosque nos limpie de la lepra espiritual tal como lo hizo el leproso, nose puede ser santo y pecador al mismo tiempo,  soy pecador pero quieroser santo, esta es la cuestión.

3
El extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante quedó limpio de su lepra.

Y así será la respuesta de Dios, quedaremos limpio si buscamos la verdad y la predicamos.

4
YJesús le dice: «Mira, no se los digas a nadie, sino vete, muéstrate alsacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que lessirva de testimonio.

Jesús no se atribuye el milagro que Diosle concedió al leproso, sino que se sacrificó para que así sea. - enJesús no habita la soberbia, tampoco debería habitar en nosotros, esnuestro esfuerzo.

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