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PARATUBIENESTAR

LOS SERVIDORES Y APÓSTOLES DEL AMOR


Ser servidores del Señor es como decir, ser servidores del amor porque Dios es amor.


Lucas  10: 1 - 12



1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.

Queda claro entonces que, el servidor del Señor anuncia su pronta llegada haciendo conocer la buena noticia - el Evangelio,

2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

Todos sabemos que, Dios elige a sus servidores no a través de una escuela sino por medio del Espíritu Santo, y es Dios quien los instruye por medio de su Espíritu Santo, y es Dios quien los envía.
Debemos rogar entonces a Dios para que envíe más servidores, porque cada son más los que quieren conocerle - cada día son más los que buscan su justicia y quieren conocer al creador.

3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.

Justamente, porque son lobos los que se eligen a si mismo como servidores pero, no son más que lobos disfrazados de ovejas

4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.

No hay servidores de Dios que busquen riquezas ni hay apóstoles que busquen los primeros lugares, ellos saben que un servidor está al servicio del pueblo y no al revés.

5 En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."

Los servidores y apóstoles del Señor, son portadores de paz y solo de paz y amor de Dios

6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.

Un hijo de paz, acepta al Señor, los otros no.

7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.

Beber y comer de la Palabra de Dios, el obrero es el dueño de casa y Dios proveerá, no ir de casa en casa, porque los servidores no compran ni venden, la buena noticia no es una mercancía. Dios conoce los corazones y Dios los atrae

8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;

La palabra de Dios no discrimina, entra en todos los corazones abiertos, no importa su color o condición social - tal como está escrito: - Apocalipsis 3 - 20 Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."

Así ocurre cuando hacemos conocer el Evangelio, la buena noticia, la palabra de Dios, - no palabras ni preceptos de hombres.

10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid:
11 "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca."

12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.

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