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PARATUBIENESTAR

EL PERDÓN DE LOS PECADOS NO ES TAN SIMPLE

El perdón de los pecados no es tan simple, el pecado es el producto de una causa o raíz, el perdón de los pecados no es lo mismo que el perdón de una ofensa.

Cualquier persona que ignora el Evangelio y sus enseñanzas, será siempre un gran pecador, la raíz de sus pecados está en su ignorancia, puede ser un gran profesor, puede ser un gran académico, un gran científico,o un gran filosofo,pero si no conoce la ciencia de la verdad que encierra el Evangelio, será un pecador más del montón.

Pero, como son profesores y académicos, creerán que lo saben todo y que son personas justas, no querrán ser enseñados por cosas que consideran boberías como ser el Evangelio, de manera que, la raíz de pecado permanece en ellos y el pecado también, hasta que en algún momento de sus vidas, sufran las consecuencias de sus pecados,  nos pasa a todos. 

El perdón de los pecados no puede llevarse a cabo si primeramente no reconocemos ser pecadores, ser falibles, débiles, e ignorantes, tenemos un ejemplo en la parábola del joven rico, tener que despojarse de sus bienes materiales, le impedía recibir la enseñanza profunda del Evangelio, porque las enseñanzas del evangelio, nos saca de la ignorancia para conocer a Dios.

Conocer a Dios, es lo que nos proporciona la fe y la confianza en El, porque no se puede confiar en quien no conocemos, los bienes mundanos como el dinero, el poder, el conocimiento de la naturaleza, la filosofía etc. se contrapone a las enseñanzas de Dios, a las cosas del Reino de Dios, no debemos mesclarlas en absoluto, porque el Reino de lo espiritual es totalmente diferente a este mundo.

 

Veamos la siguiente lectura del Evangelio


Lucas  5: 27 - 32



27
Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme.»

Levi el publicano, no estaba en un templo sino en su despacho, y ahí recibe el llamado de Jesús.  es decir que Dios y Jesús están en todas partes, incluso en los lugares que, supuestamente según nuestro criterio humano, no deberían estar.

28
El, dejándolo todo, se levantó y le siguió.

La reacción de Levi fue inmediata, dejó de ser un cobrador de impuestos, es decir que, dejó de oprimir a la gente.

29
Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos.

La multiplicación de los panes, Jesús llama a Levi y Levi a los demás, y Jesús encuentra un grupo dispuesto a escucharle con sinceridad, esto sucede en cualquier lugar, no es necesario un templo, la predicación es una charla entre amigos.

30
Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?»

Los fariseos y los escribas  como eran gente bien instruidas según el criterio humano, y asistían puntualmente a las celebraciones en el templo, se consideraban personas justas, sin saber que vivían en la ignorancia por no conocer al mismo Dios que adoraban

31
Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal.

Los publicanos y otros pecadores, tal vez hartos de sus errores,o pecados encontraron la oportunidad de aprender algo nuevo con Jesús y fueron bien recibidos

32
No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores.»

Y esta es la gran verdad, porque nadie puede enseñarnos las cosas del Reino de Dios, sino solo aquel que vino de ese Reino, ningún hombre, subió al Cielo y volvió para contarlo.

Ningún predicador por más conocimiento que tenga, puede enseñar, sino solo comunicar lo que sabe, pero no puede abrir el entendimiento de nadie, como lo hizo Jesús con los discípulos de Emaús, y sus discípulos.

La pregunta es, ¿ donde nos encontramos con Jesús en este tiempo ? - muchos siguen esperando su segunda venida, pero Jesús nunca habló de una segunda venida, sino que dijo, cuando yo vuelva, Jesús está entre nosotros pero en Espíritu, por lo tanto no lo podemos ver, porque pertenece al Reino de los Cielos que tampoco podemos ver.

Jesús es Espíritu, debemos permitirle que habite en nuestro propio ser, y ahí, en nuestro interior, nos enseñara y nos dará todo lo que necesitamos para vivir la próxima vida, la vida eterna en el Reino de los Cielos.

Pero debemos hacer lo que el Joven rico se negó, prefirió sus riquezas terrenales a las enormes riquezas del Cielo, prefirió una riqueza temporal a una riqueza eterna.

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