SÉ FIEL HASTA LA MUERTE Y TE DARÉ LA VIDA DICE EL SEÑOR
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida,dice el Señor.
La fidelidad a Dios y a su Evangelio, es la fe, no hay fe sin fidelidad - Abrahám no fue un "héroe ni realizo grandes azaña, pero durante toda su vida se dejó guiar por Dios, era un hombre rico pero vivia como un pobre - esperando siempre la promesa que Dios le había prometido - en lo más íntimo de su ser - sabía que la promesa era el Reino de los Cielos - la vida eterna - una grandiosa vida.
Lo mismo sucede con los seguidores de Jesús, todos ellos saben que la verdadera vida, comienza después de la muerte, ya que comprenden de la misma forma que Abrahám, son la descendencia del padre de la fe -
Lucas 21: 12 - 19
12 «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre;
13 esto os sucederá para que deis testimonio.
La función de un obrero del Señor - es dar testimonio del Evangelio, testimoniar explicando las enseñanza del Evangelio, alabando a Dios y a Jesús con su predicación y - esta forma de predicar y vivir el Evangelio - pondrá también al descubierto a los fariseos de hoy - a los que buscan los primeros lugares - a los hipócritas que buscan aparentar una piedad que no la tienen.
14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa,
15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
Con los enviados del Señor vive el Espíritu Santo, que es el mismo Espíritu de Dios Padre y el Hijo, el será el encargado de rebatir con Sabiduría en el momento preciso
16 Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros,
17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre.
Es muy distinto la vida que nos propone Dios en este mundo - puesto que en la vida después de la muerte no termina nunca - nadie envejece - nadie se enferma - nadie se aburre - todos se aman los unos a los otros - pero esta forma de vida debemos aprenderla en esta vida - rechazando lo supérfluo - lo vano - lo perecedero - lo inútil - incluso nuestro propio cuerpo de carne y huesos - porque, como dice Jesús - la carne no sirve para nada.
18 Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.
19 Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
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