LOS NIÑOS CRECEN SIN EL AMOR DE SUS PADRES

Desde la antiguedad, las parejas se divorcian, si hay hijos, quedan huérfanos del amor de sus padres, y si no los hay, igualmente el hombre y la mujer no pueden eludir el sentimiento de un gran fracaso.

En la adolescencia, es donde se manifiesta la falta de amor, si bien aparentan divertirse, el temor del fracaso de los padres permanece latente.

Por supuesto que, al ser un adulto, sienten la necesidad de vivir en compañía, algunos se casan, otros solo forman parejas, pero como no tuvieron el amor de sus padres, tampoco pueden dar amor a sus hijos

Todos los matrimonios o parejas, tendrán que pasar durante su vida por innumerables dificultades de todo tipo, pero sin el amor de Dios el fracaso está asegurado.

Ahora bien, el amor tal como lo entiende y lo practica el ser humano, no es el amor que viene de Dios.

El hombre debe renunciar a si mismo en favor de su mujer, y su mujer debe renuncia a si misma en favor de su marido, y ambos, en favor de sus hijos.

En la actualidad, ya nadie quiere renunciar a si mismo para mantener una familia unidad de verdad, el egoísmo a ganado tanto terreno que, - podríamos decir que está en la cima, y domina el mundo.

No hace falta ser un profeta para saber que nuestro futuro será de lo peor, a menos que cada uno de nosotros, tomemos la decisión de practicar las enseñanzas del Evangelio

Mateo 5

31 «También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =

32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser 
adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.